Osvaldo Ulloa Sánchez nació el 21 de septiembre de 1954 en Santiago de Chile.
Estudió Prevención de riesgos y pedagogía en Castellano por la Universidad de Santiago y obtuvo un magister en Literatura en la Universidad Católica de Chile.En Nicaragua conoció los talleres populares de poesía lo que llevó a cabo el entonces ministro de cultura Ernesto Cardenal. Trabajó como profesor en algunas universidades del país tratando de temas como semiótica, estética y comunicación persuasiva.
En Chile participó de actividades contra la dictadura y por ese motivo fue encarcelado. Organizó diversos encuentros de derechos humanos en el Centro Ecuménico Monseñor Oscar Romero, el cual dirigió hasta el año de 1990.
En el año de 2004 la Comisión Valech lo reconoció con victima de tortura con el número 24735.
Entre los libros más conocidos están: "Poemas de amor" y "Qué dirá la gente".
Se suicidó el 27 de julio de 2008 en la ciudad de Viña del Mar recibiendo homenajes de muchas personalidades del ámbito cultural y de la sociedad de escritores de Chile.
Me sacaron el corazón y frente a mis ojos
como si fuera una cebolla fueron sacando capa tras capa
hasta dejar este vacío que llevó en el pecho
y que pesa más que un corazón de hierro.
En la primera capa estaban mis juegos de niño
mi tambor los palitroques la bicicleta
y los gritos de mi madre llamándome a almorzar
en la otra capa estaban mis primeros besos
esos que tenía en el gusto de lo nuevo y de lo cósmico
también estaban las conversaciones con los amigos
entrelazadas con las canciones de los beatles y los rolling stone
y un aroma a flores de verano que inundaba mi calle
en la siguiente capa había muchas convicciones
en el hombre y la mujer nuevos en el pan para todos
y el recuerdo de Víctor Jara estrechando mi mano adolescente
con la misma mano que le destrozaron en el estadio Victor Jara
en las últimas etapas estaba la poesía que yo había escrito
y muchos muchos amigos muertos
y la desesperación de que el único salvavidas
estaba envuelto en llamas como Rodrigo Rojas De Negrientonces
el dolor y la desesperación circulando la sangre
y luego ya nada más ya nada más un vacío lleno de oscuro mental.
Mire como me torturaron y fue una tortura mas
Abrí la puerta y en la pieza sobre una camilla
me estaban torturando estaba desnudo
y los golpes eran insoportables
amenazaban con hacerle lo mismo mis hijos
me mantenían despierto mojándome con orina.
No sé porqué pero no atiné a cerrar la puerta
me quedé mirando la escena sin creer
que fuera posible que le hicieran eso un ser humano
sin creer que era a mí al que le estaban haciendo
coincidir la sangre con la electricidad
el terror con los nervios
y de mi mente salía un caos como si el universo
todavía no hubiera nacido.
Esto estaba más allá del tiempo y del espacio
ellos tampoco se dieron cuenta de que yo miraba
ellos no se dan cuenta de que los sigo mirando
grabo sus rostros sus palabras sus gestos
para que en el infierno no todo me parezca desconocido.
Demasiados sin dormir días y noches no
no cabe en la cabeza tanta pesadilla
cuando no te dejan dormir y la pesadilla
se adueña de la realidad comencé a gritar como un loco
y me dije ahora sí que estoy mal me lo decía el mal
me preocupé por el tiempo en que tardaría en recuperarme
si no me moría luego cerré la puerta partí a mi trabajo
y me puse a hacer cosas pendientes sin querer saber
cómo terminó esa escena que ya debe haber concluido
hace muchos años o quizás siga presente en alguna parte
en alguna casa secreta en algún rincón de mi cerebro.
Abrí la puerta y en la pieza sobre una camilla
me estaban torturando estaba desnudo
y los golpes eran insoportables
amenazaban con hacerle lo mismo mis hijos
me mantenían despierto mojándome con orina.
No sé porqué pero no atiné a cerrar la puerta
me quedé mirando la escena sin creer
que fuera posible que le hicieran eso un ser humano
sin creer que era a mí al que le estaban haciendo
coincidir la sangre con la electricidad
el terror con los nervios
y de mi mente salía un caos como si el universo
todavía no hubiera nacido.
Esto estaba más allá del tiempo y del espacio
ellos tampoco se dieron cuenta de que yo miraba
ellos no se dan cuenta de que los sigo mirando
grabo sus rostros sus palabras sus gestos
para que en el infierno no todo me parezca desconocido.
Demasiados sin dormir días y noches no
no cabe en la cabeza tanta pesadilla
cuando no te dejan dormir y la pesadilla
se adueña de la realidad comencé a gritar como un loco
y me dije ahora sí que estoy mal me lo decía el mal
me preocupé por el tiempo en que tardaría en recuperarme
si no me moría luego cerré la puerta partí a mi trabajo
y me puse a hacer cosas pendientes sin querer saber
cómo terminó esa escena que ya debe haber concluido
hace muchos años o quizás siga presente en alguna parte
en alguna casa secreta en algún rincón de mi cerebro.
El frío como arma para doblegar la voluntad
la ráfagas de viento húmedo duelen
como latigazos con espinas
como alas de metal volando mis sentidos.
Un día hundido por la fiebre en el delirio no supe
si el viento helado entraba por la ventana rota
o por algún forado que tenía en el corazón
una corriente de aire hermana de la corriente eléctrica
las dos me comieron con avidez los nervios
por eso veces se me empañan los ojos
como los vidrios de una ventana en infierno.
Por eso los besos tienen sabor a escarcha
de esa que cruje bajo las pisadas
yo he pisado mis besos y los he quebrado
y me ha dolido otro dolor como cortarme con vidrios
el corazón.
Me gustaría dormirme junto a un cuerpo tibio
y que la tibieza resucitara lo que el frío mató
ya no quiero que tiemblen mis manos
las quiero para acariciar
y lavarme los ojos en lágrimas sin culpa
por no haber sido capaz de resistir esa tortura
y refugiarme en la locura.
Es extraño pasar a ser un extraño para uno mismo
me pasó lo que le pasó a muchos que pasaron por la tortura
no poder ser el de antes un día nacer muerto a la vida
la sonrisa y la mirada tienen algo que da miedo
y es la huella la marca con que nos dejaron
para que el sol que miremos nunca brille
para que la lluvia que nos moja nunca nos limpie
el alma es la caja de pandora pero sin la esperanza
si ellos ganaron es que la tortura vuelve como pesadilla
si ellos ganaron es que el miedo hace que callemos
si ellos ganaron es que todavía tenemos la venda en los ojos
y el propio cuerpo la propia mente ya no nos pertenece.
Juro que moriré buscando reír y llorar como lo hacía antes
Juro que moriré buscando volver a emocionarme con el crepúsculo.